martes, 30 de agosto de 2016

La cuna que nunca volvió a su hogar ... del cambio de habitación de la pequeña Morlita.

Érase una vez una cuna, no se trataba de una cuna cualquiera sino que, aunque ella lo desconocía, estaba destinada a ser la cuna de la pequeña Morlita, la primera de su nombre. 

Un buen día, unos futuros padres primerizos, la apartaron de sus compatriotas y la alejaron del almacén en el que vivía, para llevarla a otro lugar en un pueblo cercano. El padre, obligado por el flujo de hormonas con síndrome de nido de la futura madre, tuvo que montarla y colocarla en la habitación que habría de ocupar la pequeña Morlita. 

Le gustaba su nuevo hogar, era luminoso, tenía un árbol que albergaba pajaritos y buhos de colores, sin embargo las hojas de aquel árbol eran algo estrañas. La vistieron con bonitos ropajes y allí convivió con los animales esperando al bebé al que oía nombrar a diario y que habría de vivir con ellos. 
 


Pero un buen día, aquellos padres ya primerizos, la cogieron y la trasladaron de lugar, le arrebataron hasta una de sus partes, sin embargo no le importó, porque de pronto lo supo, por fin iba a conocer al bebé del que tanto había oido hablar ...

Pues si señoras y señores, cuando uno es futuro padre primerizo pues se hace sus cábalas, planea sus historias y se imagina la maternidad pues, como nos la han contado siempre, como un camino de rosas, de bebés que nunca lloran, que duermen del tirón, de madres pletóricas sin arrugas, ojeras y con ningún pelo fuera de sitio. 

Sin ir más lejos Morlita iba a pasar a su habitación a los 4 meses aproximadamente, porque claro, a esa edad ya duermen del tirón (si, mi sobrino fue uno de esos que duermen del tirón jejejejeje y era mi referencia más cercana), entonces la cambiaria directamente de minicuna a cuna y en su habitación por supuesto. 

Pero pronto me di cuenta que todas esas cábalas que me había hecho pues eran, como el princpio de este post, un cuento. 

Morlita era muy buena, eso no voy a negarlo, solo lloraba cuando tenía hambre o sueño, pero se despertaba al principio cada 3 horas para comer, luego hubo temporadas de dos horas, hubo temporadas de una y media, si a eso le sumas que tampoco es que me apeteciera realmente tenerla lejos de mi vista jejejejeje por si se escapaba para irse de marcha o algo, pues tomé una sabia decisión, renovarse o morir y trasladar su cuna a nuestra habitación.
Trasladamos la cuna cuando Morlita tenía unos tres meses, ya casi no cabía en la minicuna (que ya habíamos modificado y transformado en minicuna de colecho) y le quitamos uno de los barrotes para convertirla también en cuna de colecho, y así estuvo hasta que un buen día, con unos dos años ya, Morlita se cruzó a nuestra cama, y se calló por la parte de abajo (aun no me explico como lo hizo sin que yo me despertara antes de oir el golpetazo), entonces en ese momento puse una barrera de esas para cama, entre su cuna y mi cama.


Pues estos días, aprovechando que estábamos de vacaciones, decidimos hacer el primer intento de pasarla a su habitación, ya que la cuna cada vez le quedaba más pequeña, aunque ella no se quejaba la verdad.


Habíamos comprado una cama de Ikea de esas que se hacen de 1.60 cuando se abren. Yo quería una que tiene como muretes, pero Papá Aberroncho me ganó la batalla diciéndome que si él tenia que dormir allí alguna vez en la otra no cabía y en la que compramos si.

Pues llegó el gran día, y el martes día 16 de agosto dimos el paso. Ya llevaba días diciéndole a Morlita que iba a dormir en su habitación de niña mayor, en su cama de niña mayor, etc la probre debía estar cansada de mi, porque a la mínima ocasión le sacaba el tema jejeje. Pero bueno llegó la noche y la llevé a su habitación, la acosté y sorpendentemente después de llamarme una vez, se quedó dormida, tranquila allí, yo no daba crédito, me imaginaba algo dramático, ella llorando por no querer quedarse allí, yo teniendo que dormir allí todas las noches o metiendo directamente su cama de niña mayor en nuestra habitación jejejeje, siempre  nos imaginamos las cosas diferentes y mucho peor de lo que luego son.


La segunda noche no contó, porque como fuimos a ver The Hole 2 pues se durmió en casa de mis padres y se desperó en la nuestra, pero a la tercera, la que va la vencida .... tachaaaaaaaaaaaaannnn un poquito de dramaaaaaaaaaaaaaa!!!! que ya lo echaba yo en faltaaaaaaa!!! jejejejeje, nada le duró poco la cosa, simplemente estuvo dos noches que a la hora de dormir me decía que no quería dormir, que quería ir abajo, la primera pues me la llevé a mi habitación hasta que se durmió y luego la pasé a la suya, y la siguiente ya la dejé en la suya directamente y fué bien.

Pues bueno, dos semanas después del inicio de la operación independencia pues puedo decir que de momento está siendo un éxito.

Normalmente si la lleva Papá Aberroncho no pone ninguna pega, se duerme y ni se la vuelve a oir. Si la llevo yo, alguna vez me ha llamado después, o me ha pedido para bajar (si se había echado siestorro o algo pues la he bajado y vuelto a subir al rato). Además compré un libro que me gusta mucho para la rutina de dormir, se llama "El Libro que duerme" y es super sencillo pero efectivo, a Morlita le encanta que se lo lea. Voy haciéndole las preguntas que hace el libro, y haciendo las cosas que hace y acabo dándole las buenas noches y saliendo de la habitación y allí se queda ella, mi pequeña bebé que cada vez va perdiendo más cosas de bebé y ganando cosas de niña.

Os dejo el enlace a un video de youtube de la cuenta de Unpuntocurioso, en el que se enseña el libro para que lo veais.


Pues bien, eso es todo sobre uno de mis mayores miedos, el cambio de habitación de Morlita, y el resumen es que Morlita nunca deja de sorprenderme y de hacerme las cosas más fáciles de como son en mi cabeza. Y para que el post acabe como empezó ....

Érase una vez una cuna que nunca volvió a su hogar ... pero pensándolo bien, quizás ese nunca fue su hogar, quizás fue solo un lugar de paso, su hogar siempre estuvo donde estaba aquel bebé que se sentía tan agusto con ella, que se sentía protegido, que reía, que hacía festivales del humor, que se agarraba a sus barrotes para intentar ponerse en pié, que dormía a pierna suelta, que le hacía cosquillas buscando sus chupetes entre sus rendijas, su hogar siempre estuvo junto a Morlita.

Y colorín colorado, este post ya se ha acabado. 

PD: ahora por hablar de lo bien que ha ido el cambio de habitación ya vereis lo que me espera, seguro que se desbarata por la puñetera ley de Murphy! Y ahora a empezar a mentalizarse para el siguiente reto .... la retirada del chupete!!.

4 comentarios:

  1. Me encanta el post, las cunas son muy buenas amigas y se adaptan a todo jejeje, yo aun me meto en la cama con Salvajita y luego me voy a la mía pero la colega se levanta a media noche y me pega cada susto cuando me habla pegada a mi cara jajaja, Morlita se ve súper a gusto en su cuna y la cama es preciosa. Un beso amiga!!

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    1. Madre mía! Menos mal que a Morlita no le ha dado aun por bajarse de la cama y venir a la habitación, porque el dia q se me ponga en modo niña de la curva al lao me da algo!! Besos guapa!

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